Con el fin de cumplir con la norma y evitar incurrir en costos, varias empresas hacen las clasificaciones de sus productos químicos “al ojo”. De acuerdo a la experiencia que tienen con el manejo del producto realizan clasificaciones sin tener como base ninguna información teórica ni mediciones confiables. Algunas personas creen que solo con que el producto tenga un pictograma según el sistema globalmente armonizado ya hace que el producto esté cumpliendo con la norma.
Estas clasificaciones al ojo se enfocan principalmente en los peligros físicos, los cuales son los más fáciles de identificar. El problema viene con la clasificación de los peligros a la salud, ya que con solo la experiencia no es posible determinar si una sustancia puede ser cancerígena, y mucho menos se puede estimar el impacto ambiental. El problema obvio de este tipo de clasificaciones es que se le está dando al cliente información errónea sobre el producto químico que se le está vendiendo. Siempre hay que tener en cuenta que los clientes utilizan la información de estas clasificaciones para poder identificar el peligro de usar el producto o sustancia química e implementar controles adecuados de acuerdo al riesgo estimado. Si no se tiene correctamente identificado el peligro es imposible implementar algún tipo de control. El proceso correcto de clasificación de un producto químico junto con la elaboración de la ficha de datos de seguridad debe verse como una inversión y no como un costo. Se le está dado un valor agregado al producto químico al darle una información valiosa al cliente, y entre más útil sea esta información, mejor imagen dará la empresa.
1 Comentario
Después de muchos años de espera, Colombia ya ha adoptado oficialmente el Sistema Globalmente Armonizado. Durante los próximos posts se detallará a profundidad el sistema, hablaremos sobre las consecuencias de esta determinación y seguiremos con el tema del decálogo para la implementación del SGA.
Acá queda disponible el link del decreto Cuando se comiencen a exigir las etiquetas y fichas de datos de seguridad bajo el sistema globalmente armonizado, es muy probable que muchas empresas al solicitarlas a su proveedor o al buscarla en internet, encuentren que está escrita en un idioma distinto al español (principalmente en inglés).
Según el proyecto de ley, las etiquetas de químicos y sus fichas de datos de seguridad debe estar en español, lo cual a primera vista no supone mayor inconveniente. Sin embargo hay varios detalles que se deben tener en cuenta si se va a realizar una traducción. Una buena traducción no depende directamente del nivel de inglés o del conocimiento técnico sobre el producto que tenga la persona que realice la traducción; esta depende del conocimiento que tenga la persona en el sistema globalmente armonizado. El SGA es un sistema diseñado para dar una comunicación de peligros efectiva a los usuarios de los químicos. Siendo el idioma una de las claves para la comunicación, el SGA mediante un procedimiento riguroso estandarizó en varios idiomas las palabras y frases que se utilizan dentro del sistema (Palabras de advertencia, indicaciones de peligro, consejos de prudencia). Por ejemplo, la frase “Heating may cause an explosión” podría traducirse al español como “El calentamiento puede causar una explosión” o “El calentamiento puede provocar una explosión”. Sin embargo, la única traducción aceptada por el SGA es "Puede explotar al calentarse”. Se podría argumentar que el significado de las frases es el mismo, sin embargo, las frases aprobadas por el SGA ya han pasado por varios procesos de evaluación de inteligibilidad con el fin de asegurar que la información sea comprensible por las distintas audiencias a la cual va dirigida la información. Si no está seguro al realizar la traducción, asesórese para evitar gastos en reimpresión de etiquetas o de no conformidades durante los procesos de auditoría. |
AutorDiego Reyes Jiménez MSc. PMP Archivos
Mayo 2022
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