Una duda muy común que se presenta entre los usuarios de sustancias químicas se da al momento que adquieren un mismo producto químico de dos proveedores distintos y se dan cuenta que las fichas de datos de seguridad y las etiquetas difieren en la información de clasificación de peligros según el sistema globalmente armonizado. Probablemente la primer reacción que tendría el usuario es asumir que una de las dos está mal, y aunque esto puede suceder, no siempre es el caso y puede que las dos se hayan hecho de forma correcta. Ahora bien, si las dos se hicieron bien, ¿por qué los resultados son distintos? Una de las causas más probables es las fuentes de información que utilizaron cada uno de los proveedores al momento de realizar la clasificación. La clasificación de una sustancia dentro del sistema globalmente armonizado está basada en ensayos experimentales (ej mediciones de toxicidad, ecotoxicidad, biodegradabilidad, etc) realizados bajo ciertos estándares. Los proveedores pocas veces realizan estos ensayos y se basan en resultados encontrados en la literatura, lo cual es perfectamente válido, la cuestión es que estos ensayos pueden tener una gran variabilidad y arrojar resultados distintos de acuerdo a las condiciones en las cuales se realice, los animales de prueba, y muchos otros factores que pueden afectar el resultado final. Para el proveedor, decidir cuál de los resultados encontrados en la literatura es el más fiable para realizar la clasificación es complicado, ya que en la mayoría de los casos solo se tiene disponibilidad del resultado final del ensayo mas no de el como se llegó al mismo. Además las fuentes literarias son tan extensas que puede que un proveedor tenga acceso a cierta información que otro no haya podido encontrar, por lo que los resultados de la clasificación seguramente van a variar. Si para las sustancias químicas se presenta variabilidad en sus clasificaciones, para las mezclas esta se incrementa, ya que el resultado de la clasificación de la mezcla depende de la clasificación de las sustancias que lo componen. La segunda causa probable es la metodología que se utilizó para la clasificación. Aunque uno de los objetivos del sistema globalmente armonizado es que la información de peligrosidad sea lo más homogénea posible, cada país ha adaptado el SGA de forma distinta (tipo de versión, tipos de clases y categorías) lo cual puede arrojar resultados distintos al realizar la clasificación de un producto químico. Teniendo en cuenta estos factores, si un usuario se encuentra en la situación de tener dos FDS y etiquetas distintas, lo más recomendable es revisar primero la FDS para ver si es coherente y está bien hecha de acuerdo a la información que incluye, luego revisar bajo qué normativa se realizó cada FDS y si se ajusta a las normas nacionales. Si luego de esto se observa que las dos FDS cumplen con todos los requerimientos, el usuario debería tomar la clasificación más restrictiva del producto y tomar esta información para su comunicación de peligros hasta poder hablar con los proveedores y poder llegar a una solución conjunta que le permita conocer en efecto cuáles son los peligros a los cuales van a estar expuestos sus trabajadores.
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AutorDiego Reyes Jiménez MSc. PMP Archivos
Mayo 2022
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